Acusaciones de Canadá sobre la India despiertan tensiones globales y locales
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, generó un impacto mundial la semana pasada al declarar en el parlamento canadiense que existen “acusaciones creíbles” de que agentes vinculados al gobierno indio estuvieron involucrados en el asesinato de un activista sij en un suburbio de Vancouver. Esta afirmación desencadenó reacciones desde Estados Unidos hasta el Reino Unido, instando a India a cooperar con la investigación. Sin embargo, dentro de la India, la respuesta fue desafiante.
El gobierno indio calificó las acusaciones como “absurdas” y políticamente motivadas, acusando a Canadá de ser un “refugio seguro para terroristas”. La retórica de obstinación se ha extendido por los medios y la política indios, a pesar de que han surgido más detalles sobre la presunta inteligencia incriminatoria que llevó a Trudeau a hacer públicas las acusaciones.
Políticos de diversos partidos, comentaristas políticos y exembajadores han promovido una narrativa unificada en los medios de comunicación indios, sugiriendo que Trudeau está haciendo estas acusaciones por motivos políticos y para ocultar sus propios fracasos. También se han lanzado ataques personales contra el primer ministro canadiense, incluyendo acusaciones infundadas.
El intento de desacreditar a Trudeau y Canadá también se ha reflejado en los medios de comunicación indios, con programas de televisión y artículos que acusan a Canadá de apoyar actividades terroristas contra la India. Esto marca un cambio en la cobertura mediática que antes destacaba la relación de Narendra Modi con las potencias occidentales.
La inusual unidad entre partidos y el fervor nacionalista provocado por este incidente plantea la posibilidad de que Modi pueda capitalizar aún más la cuestión de Khalistan, un movimiento separatista prohibido que lucha por un estado sij independiente en la India, en las elecciones de 2024.
Los analistas sugieren que, si bien estas acusaciones pueden no ser el motivo principal detrás de esta estrategia, podrían ser explotadas con fines políticos internos, ya que la oposición tendría dificultades para desafiar a Modi en este tema. Esto podría seguir la línea de elecciones anteriores en las que Modi utilizó cuestiones de seguridad nacional para presentarse como un líder fuerte.