Ataque a la legisladora Bae Hyun-jin en Seúl provoca alarma en la política surcoreana
La política surcoreana se encuentra en un estado de creciente preocupación tras el reciente ataque a la legisladora Bae Hyun-jin, miembro del partido gobernante, en Seúl. Bae fue agredida en la cabeza repetidamente con lo que parecía ser una roca, resultando en heridas que la llevaron al hospital. Este violento incidente, que tuvo lugar en el distrito de Apgujeong de Seúl, ha sido un nuevo golpe a la ya intensamente polarizada política del país.
El ataque ocurrió pocas semanas después de que el líder de la oposición, Lee Jae-myung, fuera apuñalado en el cuello en la ciudad de Busan. Estos sucesos han elevado las preocupaciones sobre la seguridad de los políticos y la creciente hostilidad en el ambiente político de Corea del Sur.
Según las imágenes de las cámaras de seguridad, el sospechoso, vestido con un gorro gris y una mascarilla, se acercó a Bae en el pasillo de un edificio e inició una conversación antes de golpearla con lo que parecía ser una roca pequeña. Incluso después de que Bae cayera al suelo, el atacante continuó golpeándola. Bae intentó resistir, agitando los brazos y agarrando la muñeca del hombre, hasta que otra persona intervino.
La agencia de noticias surcoreana Yonhap citó a un asistente de Bae, quien afirmó que el sospechoso preguntó «¿Eres la legisladora Bae Hyun-jin?» antes de golpearla en la parte posterior de la cabeza con una roca del tamaño de un puño.
Bae Hyun-jin, ex presentadora de noticias de televisión y elegida en 2020, es considerada una estrecha confidente del presidente Yoon Suk Yeol. La oficina del presidente Yoon ha calificado el ataque como un «incidente inaceptable que debe ser investigado con severidad».
Park Sukh Que, neurocirujano del hospital universitario Soonchunhyang en Seúl, informó que Bae sufrió heridas leves en la cabeza, incluyendo rasguños y un corte, y fue hospitalizada en condición estable. A pesar de la fuerza del ataque, que causó que Bae cayera de espaldas, no se observaron signos de conmoción cerebral o hemorragia interna.
El motivo del ataque aún no está claro. Medios de comunicación surcoreanos, citando fuentes anónimas, reportaron que el sospechoso dijo a la policía tener 15 años.
El hombre que atacó al líder de la oposición, Lee, declaró después de su arresto que quería matarlo para impedir que se convirtiera en futuro presidente. Lee fue dado de alta del hospital tras ocho días de tratamiento.
Lee describió el ataque a Bae como un acto de «terrorismo político» que no debe ser tolerado. «Necesitamos una respuesta completa y decisiva. Oramos por una pronta recuperación de la legisladora Bae y nuestro corazón está con su familia», dijo en un comunicado.
Han Dong-hoon, líder del partido gobernante Poder Popular, pidió una investigación exhaustiva y un castigo severo para el atacante. Thae Yong Ho, otro legislador del partido, calificó el ataque como un «serio desafío» para la democracia surcoreana. Thae, un ex diplomático norcoreano que desertó a Corea del Sur en 2016, expresó en una publicación de Facebook que «la política de odio, ira y violencia debe terminar».
Este incidente resalta la creciente tensión y polarización en la política de Corea del Sur, poniendo de manifiesto la urgente necesidad de medidas para garantizar la seguridad de los funcionarios públicos y fomentar un ambiente político más pacífico y respetuoso.