INTERNACIONALES

Australia y Nueva Zelanda evacúan ciudadanos de Nueva Caledonia tras estallido de violencia

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Australia y Nueva Zelanda han enviado aviones a Nueva Caledonia este martes para repatriar a ciudadanos varados en el territorio francés del Pacífico Sur, afectado por una ola de violencia.

La ministra de Asuntos Exteriores de Australia, Penny Wong, anunció que las autoridades francesas autorizaron dos vuelos para evacuar a ciudadanos australianos desde el archipiélago, donde la población indígena ha buscado durante mucho tiempo la independencia de Francia.

Horas después, un avión C-130 Hércules de la Real Fuerza Aérea Australiana aterrizó en Noumea, la capital. Este avión tiene capacidad para 124 pasajeros, según el Departamento de Defensa.

“Seguimos trabajando en más vuelos”, escribió Wong en la plataforma social X el martes.

El Departamento de Asuntos Exteriores de Australia informó que había 300 australianos en Nueva Caledonia, aunque no confirmó de inmediato si los vuelos organizados por Australia también evacuarían a otros extranjeros varados, que se cree suman miles.

El gobierno de Nueva Zelanda también anunció que había enviado un avión a Nueva Caledonia para comenzar a evacuar a unos 50 de sus ciudadanos.

“Los neozelandeses en Nueva Caledonia han enfrentado días difíciles, y traerlos de vuelta ha sido una prioridad urgente para el gobierno”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Winston Peters. “En cooperación con Francia y Australia, estamos trabajando en vuelos adicionales en los próximos días”.

El aeropuerto internacional de Noumea permanece cerrado para vuelos comerciales. Se reevaluará su reapertura el jueves.

Al menos seis personas han muerto y cientos más han resultado heridas desde que estalló la violencia la semana pasada en Nueva Caledonia, tras la aprobación de reformas electorales controvertidas en París.

Hasta el martes, se habían arrestado a unos 270 presuntos alborotadores y se ha impuesto un toque de queda de 6 p.m. a 6 a.m. en el archipiélago de aproximadamente 270,000 habitantes, conocido por sus playas idílicas y su clima.

Francia ha enviado más de mil agentes de seguridad y se espera que lleguen cientos más el martes para tratar de sofocar los disturbios y restaurar el orden.

Enfrentamientos armados, saqueos, incendios y otros actos de violencia han convertido partes de Noumea en zonas peligrosas. Columnas de humo se elevaban al cielo, los restos de autos quemados llenaban las calles, los negocios y tiendas fueron saqueados y algunos edificios quedaron en ruinas humeantes.

Las tensiones entre los indígenas kanak, que buscan la independencia, y los descendientes de colonos que desean seguir siendo parte de Francia, se han intensificado durante décadas.

Los disturbios comenzaron el 13 de mayo, mientras el parlamento francés en París debatía enmiendas a la Constitución para cambiar las listas de votantes en Nueva Caledonia. La Asamblea Nacional en París aprobó un proyecto de ley que permitiría, entre otras cosas, que los residentes que han vivido en Nueva Caledonia durante 10 años voten en las elecciones provinciales.

Los opositores temen que la medida beneficie a los políticos pro-Francia en Nueva Caledonia y margine aún más a los kanak, quienes en el pasado sufrieron estrictas políticas de segregación y una discriminación generalizada.


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