Crisis humanitaria en Haití: Más de 53,000 personas huyen de la violencia en Puerto Príncipe
La capital de Haití está viviendo una alarmante crisis humanitaria, con más de 53,000 personas forzadas a abandonar sus hogares en menos de tres semanas, buscando refugio de la violencia de las pandillas que azota la ciudad. Este masivo éxodo, señalado en un reciente informe de Naciones Unidas, pone de manifiesto la escalada de inseguridad que afecta a Puerto Príncipe y sus alrededores.
Más del 60% de los desplazados han optado por buscar refugio en la región rural del sur del país, una decisión que ha generado preocupación entre los funcionarios de la ONU. El vocero de la ONU, Stephane Dujarric, expresó la alarma de la organización, indicando que las zonas rurales del sur carecen de la infraestructura necesaria para acoger a este gran número de desplazados, y que las comunidades locales no poseen los recursos suficientes para enfrentar esta situación.
El sur de Haití ya alberga a más de 116,000 personas que previamente huyeron de la capital, lo que añade una presión adicional a una región ya de por sí desfavorecida. Este flujo continuo de desplazados surge tras una serie de violentos ataques lanzados por pandillas contra instituciones gubernamentales a finales de febrero, que incluyeron el incendio de comisarías, ataques al principal aeropuerto internacional -actualmente cerrado- y asaltos a las principales cárceles del país, resultando en la liberación de más de 4,000 reclusos.
La violencia en Puerto Príncipe ha tenido un costo humano devastador: según datos de la ONU al 22 de marzo, más de 1,500 personas han sido asesinadas y otras 17,000 se han quedado sin hogar. Entre los desplazados hay historias desgarradoras, como la de Marjorie Michelle-Jean, una madre soltera que, junto a sus dos hijos, intenta huir hacia el norte de Haití en busca de seguridad, lejos de las balas perdidas que amenazan su hogar.
La situación se complica aún más por el hecho de que más del 90% de los que huyen lo hacen en autobuses, arriesgándose a pasar por territorios controlados por pandillas, donde se han reportado violaciones colectivas y ataques armados contra el transporte público.
Este panorama refleja la urgente necesidad de una respuesta coordinada y efectiva por parte de la comunidad internacional y el gobierno haitiano para abordar no solo la violencia inmediata sino también las profundas raíces de la crisis humanitaria en Haití.