Desafíos en la lucha contra la deforestación: Amazonía busca equilibrio entre prosperidad y conservación
Los países amazónicos enfrentan la presión de la Unión Europea para frenar la deforestación o enfrentar restricciones comerciales. Esta situación ha desencadenado un desafío: cómo impulsar la prosperidad en la región sin destruir el bosque, un objetivo que resulta complicado.
En un encuentro de dos días que comienza el martes, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva busca unir a los países para acelerar los esfuerzos en detener la deforestación y definir una estrategia común para salvar la selva tropical.
Sin embargo, este camino probablemente será empinado, ya que los países discrepan sobre si deberían comprometerse con una meta de deforestación cero y si se debe prohibir la perforación de petróleo y gas en la región.
Esta cumbre coincide con la implementación de nuevas reglas por parte de la UE para prohibir las importaciones de productos básicos que impulsan la deforestación en el extranjero, y se solicita a los países que supervisen sus cadenas de suministro para prevenir violaciones ambientales y de derechos humanos.
Esta presión se intensifica en la región amazónica, especialmente en Brasil, uno de los principales exportadores de productos agroalimentarios a la UE y hogar del 60% de la selva tropical. Se espera que en esta reunión se comprometan a acciones ambiciosas.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, argumenta que es esencial eliminar los combustibles fósiles para proteger el bosque. “Aunque logremos controlar la deforestación, la Amazonía enfrenta graves amenazas si el calentamiento global continúa aumentando”, escribió en un artículo de opinión el mes pasado.
Sin embargo, Lula no busca eliminar los combustibles fósiles en el ámbito nacional, lo que resalta una tensión entre los esfuerzos de conservación y garantizar que las economías sigan en camino.
El líder brasileño expresó a los medios locales antes de la cumbre que quiere “seguir soñando” con la perforación en la región. Sus comentarios surgen mientras la empresa petrolera brasileña Petrobras busca abrir nuevos campos cerca de la desembocadura del río Amazonas, a pesar de haber recibido una opinión negativa del instituto nacional para el medio ambiente.
Si se mantienen los combustibles fósiles bajo tierra, los países amazónicos necesitarán actividades alternativas para mantener sus economías. Observadores sugieren que esta cumbre sea una plataforma para promover una agricultura más ecológica y una gestión forestal sostenible, además de discutir esquemas para pagar a los agricultores y pueblos indígenas por proteger el bosque.
“La bioeconomía es la clave para desbloquear el potencial económico de la región mientras se preserva su patrimonio ecológico”, señaló Vanessa Pérez, directora global de economía en el World Resources Institute.
Los grupos indígenas también siguen de cerca la cumbre y buscan que se reconozca su contribución a la protección del clima, así como sus derechos y reclamos territoriales por parte de los líderes de los países.
El resultado de la cumbre es una prueba política y diplomática importante para Lula, quien se ha comprometido a lograr la deforestación cero en la Amazonía.