Doble frente judicial: Trump entre su juicio en Nueva York y una histórica apelación ante el Tribunal Supremo
En una jornada marcada por desafíos legales sin precedentes, Donald Trump se encontró dividido entre la sala de un tribunal en Nueva York y la majestuosa Corte Suprema de los Estados Unidos. Mientras enfrenta su primer juicio penal por supuestamente encubrir pagos de dinero para silenciar a una actriz de cine para adultos durante las elecciones de 2016, Trump también centró su atención en una crucial apelación sobre su inmunidad presidencial que podría redefinir los contornos del poder ejecutivo.
Este jueves, el ex-presidente lamentó no poder asistir a la Corte Suprema, donde se debatía si, como ex-presidente, podía ser procesado por actos realizados durante su mandato. Aunque preferiría estar en Washington observando a los jueces —tres de los cuales nombró durante su presidencia— deliberar sobre su caso, la ley le exigía permanecer en Nueva York para continuar enfrentando las acusaciones en su contra.
El juez Juan Merchan, quien preside el caso en Nueva York, subrayó la obligación de Trump de asistir a su juicio, a pesar de las quejas del ex-presidente, quien acusó a Merchan de posicionarse «por encima de la Corte Suprema». Este enfrentamiento subraya la intensa batalla legal de Trump, quien utiliza cada aparición pública para fortalecer su campaña presidencial y su narrativa de ser un perseguido político.
El caso en la Corte Suprema, sin embargo, no es solo un aspecto más de su estrategia de defensa, sino que forma parte integral de su campaña electoral, intentando posponer su juicio por interferencia electoral hasta después de las elecciones que podrían devolverle el poder presidencial.
Esta conjunción de eventos judiciales refleja la profunda crisis legal de Trump, cuyas repercusiones van más allá de las salas de tribunal y se proyectan sobre el escenario político nacional, poniendo a prueba los límites del sistema judicial y constitucional de América.