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El ejército toma el control de prisiones hondureñas tras violento enfrentamiento entre pandillas

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TEGUCIGALPA. – En respuesta a un conflicto mortal entre pandillas que resultó en la muerte de 46 reclusas en un centro de detención para mujeres la semana pasada, el ejército de Honduras ha comenzado a tomar el control de las prisiones del país, según informaron las autoridades.

La presidenta de orientación izquierdista, Xiomara Castro, anunció recientemente un cambio de postura respecto a la desmilitarización de la seguridad, optando por entregar el control del sistema penitenciario a la policía militar. Esta medida tiene como objetivo detener la actividad del crimen organizado dentro de las cárceles.

Imágenes oficiales revelaron a cientos de reclusos varones, muchos de ellos sin camisa, con numerosos tatuajes y cabezas rapadas, arrodillados en el suelo de la prisión de alta seguridad de Tamara en Honduras, con los brazos sobre la cabeza y resguardados por soldados fuertemente armados.

Estas imágenes presentan similitudes con las compartidas anteriormente por el gobierno de derecha de El Salvador, que reforzó la seguridad en las prisiones y llevó a cabo una ofensiva contra las pandillas, encarcelando a más de 62.000 presuntos delincuentes.

«La misión que tenemos es derrotar al crimen organizado dentro de las prisiones y también perseguiremos a los autores intelectuales que operan desde el exterior», afirmó en un tuit el ministro de Defensa, José Manuel Zelaya.

Tamara, donde se encuentran hacinados aproximadamente 4.200 reclusos en un centro con capacidad para 2.500, es uno de los dos penales, junto con La Tolva, que han sido tomados bajo el control de la policía militar, según indicó el portavoz de las Fuerzas Armadas, Antonio Coello.

En Honduras, alrededor de 20.000 reclusos comparten espacio en 26 cárceles sobrepobladas, y un informe de las Naciones Unidas señala que las prisiones del país están un 34,2% por encima de su capacidad.

El lunes, la policía militar incautó pistolas, ametralladoras, municiones, cargadores y granadas en un área de la prisión de Tamara ocupada por la pandilla Barrio 18, según informó el coronel Fernando Muñoz durante una conferencia de prensa.

«La corrupción en las prisiones ha llegado a su fin. Tomaremos el control y no permitiremos más llamadas para ordenar extorsiones o ejecuciones desde aquí», declaró el oficial.


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